Antes de que supiésemos que se llamaría Antón y de que, a los dos años que acaba de cumplir, le iban a encantar los monstruos, su madre y yo fuimos a celebrar que una lenteja latía en su barriga. Así que me planté en Santiago con el coche y pisé Acio por primera vez, el restaurante que Paula había elegido para darnos aquel homenaje. Mi amiga es de las mías: todo lo festejamos comiendo. Volvimos más veces, y nunca seré capaz de recordar qué cenamos aquella noche llena de emociones en el presente y proyectadas en el futuro; tengo claro, en cambio, que los sabores deliciosos e inesperados de aquel menú degustación están unidos en mi memoria sensitiva a este niño, tan pequeño, alegre y expresivo, con un carácter ya inclinado hacia las cosas buenas de la vida. Antón es un optimista militante. Un entusiasta.
Iago Castrillón, el dueño de las manos por las que pasan todos los platos de Acio, también es un fan. Del fútbol, de la música y, sobre todo, de su trabajo, al que ha cedido la mayor parte de las horas de sus días. Tanto es así que ya no echa de menos ese deporte y que le cuesta un rato acordarse de que el último concierto al que asistió fue el de Red Hot Chili Peppers en el Monte do Gozo en 2004. “No tengo tiempo”, repite en varias ocasiones mientras hablamos. Sin embargo, hay cosas que añora. “Estoy pensando que tengo que recuperar una costumbre que tenía: la de escuchar música con los cascos mientras iba a la compra. Era un ratito que tenía para mí y para evadirme un poco del mundo”. Para su playlist escoge a Arcade Fire, Bon Iver, Woods, Animal Collective, The Shins, Tame Impala, Alt-J, Fleet Foxes, Deerhunter, TV On The Radio…Compensa su hambre de escuchar poniendo la radio en la cocina, Radio 3 siempre, sobre todo durante la mañana, “para no perder la concentración”. ¿Sabrías decirme los nombres de los programas? “¡Claro que sí! Hoy empieza todo y 180 grados, y los sábados, Mundo Babel”.
(Lo que me ha costado poner solo un tema de este grupazo… ¡Qué bien que Iago me los hizo recordar! T. C.)
“La música siempre me gustó, con los años, te vas fijando en un estilo u otro. De pequeño me encantaban Nirvana y el hip hop, ahora tengo un abanico más abierto”, explica. “Un concierto. La relación entre mi trabajo y la música es que se parece a un concierto: tienes dos o tres horas para darlo todo y después, ¡se acabó! ¡Y además nosotros también hacemos giras muy largas!”, dice entre risas. “La sintonía es otro parámetro importante en ambas ocupaciones y creo que la música, aún en el bar más a tope, es fundamental para comer. Un lugar sin música parece más vacío; aunque casi no se escuche, notarías que no la hay si faltase”. La sumiller Eva Pizarro, la otra mitad del cerebro de Acio, es quien se ocupa de la música que suena en la sala, con preferencia por el soul y el jazz.
- ¿A qué suena tu cocina?
- A música en la mise en place y a sinfonía gastronómica durante el pase. Y el lavavajillas al final del día… jejeje!!!
- Tu instrumento preferido.
- Cuchillo, mi objeto fetiche.
- Cocinas para…
- Los demás.
- Un olor.
- El del vino fermentando.
- Un sabor.
- El amargo de los grelos de Lugo.
- Un ingrediente.
- La sardina.
- Esa canción que te viene a la cabeza cuando…
- Es dificil, cada plato inspira un género diferente.
- Un plato para firmar la paz.
- Un gran cocido gallego con todos sentados alrededor de la mesa.
- Un lugar.
- Japón.
- Sueñas con…
- Que todos los de mi alrededor sean felices.
- Y tú, ¿a qué suenas?
- Al hervor de una pota a fuego lento.